El original reclamo de la antigua Sastrería El Barco del Born (aprox 1920)

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Durante mucho tiempo, antes que Barcelona se transformara en un destino turístico mundial, el corazón comercial del barrio del Born y la Ribera estuvo alrededor de la hermosa Basílica de Santa María. Los vecinos realizaban sus compras en las tiendas y colmados que se apiñaban en las callejuelas  que rodeaban la famosa Catedral del Mar.  La calle Santa María que hoy conduce al histórico Fossar de las Moreres tenía un aspecto (indistinguible hoy) que hacia recordar a un zoco, con tiendas atestadas de productos en sus fachadas y con pintorescos puestos ambulantes bajo el pequeño arco ya desaparecido situado en medio de la calle.

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Bonito dibujo de Dionís Baixeras en el que aparece el antiguo aspecto de la calle Santa María en el Born / Dibujo de Dionís Baixeras, extraído del articulo de Salomé Rekas y Ramon Arús «El Bornet, de la realidad a la tela»

En el barrio había dos sastrerías muy populares, la Lluna y el Barco, que compartían espacio en la plaza de Santa María. Ambos comercios desaparecieron a finales del siglo XX, la Lluna acoge hoy una tienda de confección femenina mientras que el Barco fue transformado en un restaurante para turistas. Un curioso vestigio nos recuerda su existencia, un pequeño barco metálico que hacía de original reclamo publicitario de la tienda.

Este tipo de carteles tan visuales y faciles de localizar ya se utilizaban en la edad media para ayudar a que las personas analfabetas pudieran reconocer los establecimientos y servicios que en el local se ofrecían.

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En la imagen de arriba aparece El Barco tal y como esta a día de hoy. En la segunda fotografía se observan las antiguas tiendas de la Calle Santa María entre ellas las sastrerías La Lluna y El Barco así como el desaparecido arco que se encontraba donde hoy esta el Fossar de les Moreres / Primera imagen del autor del blog, segunda extraída del articulo «El Bornet, de la realidad a la tela» de Salomé Rekas y Ramon Arús BCN.CAT

El nombre de la tienda de confección El Barco era todo un homenaje al carácter marinero de la zona en particular y de Barcelona en general. Una situación que hizo que el curioso vestigio haya sido relacionado popularmente con falsas leyendas e historias marineras1 , llegándose a sugerir que la sastrería estaba especializada en productos para marineros, pescadores y militares navales2

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Tarjeta del sastre Francisco Armengou de El Barco / Imagen extraída de TodoColeccion.net

Como tantos comercios tradicionales incapaces de afrontar los cambios imparables de la nueva Barcelona, El Barco cerró sus puertas y acabó transformándose en un restaurante al que hoy en día acuden numerosos turistas fascinados por el viejo encanto del barrio marinero del Born, un lugar que ya no existe pero que vestigios tan entrañables como este siguen recordando.

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Notas

  1. La presencia del pequeño barco en las paredes de la muy fotografiada plaça de Santa María suele suscitar algún comentario por parte de los visitantes. El autor de estas líneas ha oído llegar a decir a un guía turístico que se trataba de un adorno que instaló en su vivienda un antiguo capitán de barco.
  2. La información viene dada en un par de webs, pero el autor no ha localizado ninguna fuente que pueda aseverar que El Barco fuera un negocio exclusivo de confección marítima.

Localización

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  1. Mireia dice:

    Mi abuelo, de 89 años, trabajó duante 18 años en la sastrería el barco. Tengo la gran suerte de poder estar leyendo ahora mismo este artículo con él.
    Quiere expresar su fascinación por el interés que aún suscita ese barco, que él tantas veces limpió, pintado de nergo antiguamente.

    Me comenta que no sólo hacían trajes marineros! que hacían ropa de trabajo y trajes para quien lo necesitara.

    Como anécdota, un día entró en la tienda un marinero, que venía de otro país hablando inglés. Se compró unos pantalones de trabajo y dejó sus viejos pantalones desgastados en la tienda. Ese día fue la primera vez en la vida que mi abuelo vió y tocó unos pantalones tejanos. Desde aquel día, copiaron el patrón y empezaron a hacer pantalones tejanos.

    Es una maravilla pasear por estas calles cogida del brazo de mi abuelo, mientras explica y recuerda sus casi 20 años por estas calles.

    Gracias por el artículo y por mantener vivas nuestras raíces.

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